La toma de fotografías para reclamar al seguro

Tips para que el reclamo a la Compañía de Seguro sea efectivo

Por el Lic. Augusto Manzone

Licenciado en Accidentología y Prevención Vial

Bien conocido es que, tras protagonizar un siniestro vial, debemos intercambiar datos con los protagonistas de manera que comience a girar la rueda de reclamos a futuro. Entre los datos típicos, el DNI de la/el conductor, la Cédula de identificación del automotor (verde o azul, según el caso) y el comprobante de cobertura expedido por una compañía aseguradora autorizada, son los documentos que tranquilizarán a las partes, aunque sea por un rato. Pero en la era digital, donde los teléfonos con cámara de fotos incorporada predominan en cualquier circunstancia, y a los fines de reforzar los testimonios de los involucrados, las fotografías de la escena y los daños de las carrocerías suelen ser una herramienta que reforzará los reclamos para un eventual reintegro. 

¿Pero con qué criterios se deben tomar esas fotografías; cuántas serán necesarias; conviene contextualizar? Aquí algunas recomendaciones para tomar fotografías que completen el relato de lo sucedido y ayuden a un reintegro monetario justo.

Es necesario recordar que un siniestro vial recién ocurrido en plena vía pública y a la vista del resto del tránsito, recolecta la mirada y posterior distracción de la mayoría de los usuarios, desde peatones hasta conductores, pasando por motociclistas y choferes profesionales. La escena “curiosa” puede ocasionar otro accidente, así que CUIDADO, sacar las fotografías a resguardo y con la debida atención. Se recomienda tomar como mínimo 8 fotografías de cada rodado participante. Colocarse a 2 o 3 metros del objetivo y, manteniendo siempre la misma distancia, girar en un mismo sentido siempre bordeando el vehículo, preferentemente desde el frente hasta completar la circunferencia imaginaria, sin importar que en algunos sectores no existan daños o sean de antigua data. En caso de daños en el sector superior (capot, parabrisas, techo, luneta), sumarle a lo antes dicho disparos a 1 o 2 metros de distancia pero con la cámara en alto, de manera que se observen las abolladuras y que la imagen no se distorsione por el ángulo. No olvidar fotografiar los documentos antes mencionados (DNI, Cédula, Comprobante de seguro).

En los casos que alguna pieza del vehículo se encuentre desprendida (guardabarros, paragolpes, etc.), también es recomendable fotografiarla y tomar otra imagen que muestre a dicha pieza pero referenciada al vehículo, para evidenciar así la distancia que recorrió tras el impacto. Por supuesto que también es importante tomar fotografías de la zona donde se produjo el accidente. Conocer la existencia de la señalización vial, veredas, cunetas, presencia de agua, sendas peatonales, elementos que tapan la visión al llegar a la intersección y toda cuestión que pueda explicar el contexto del siniestro, ayudará a limitar las dudas, esquivar mentiras y/o exageraciones de las partes y resolver el conflicto de manera más rápida y justa.

Fotografiar la escena y los daños puede esclarecer la ocurrencia del siniestro y así evitar traer viejos daños para ser incluidos en el pago de las pólizas. La fotografía va a contar la historia; será un complemento de los dichos de las partes y hará que la resolución del conflicto fluya por el camino de la verdad. Siempre es recomendable realizar tomas desde lo macro a lo micro, es decir, fotos que vayan mostrando el marco general con los vehículos participantes y se acerquen a lo particular, con la técnica de la circunferencia antes mencionada hasta los elementos desprendidos.

Las fotografías son una herramienta fundamental para quienes investigan siniestros viales desde el mercado del Seguro automotor; cuanto más y mejores fotos se tomen, mejor va a ser la respuesta que éste pueda ofrecer.

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