Caducidad del casco de motociclista

Por Carlos DÍAZ FILGUEIRA
Presidente Instituto Superior de Prevención Vial – ISPREVI

El casco es un elemento de seguridad pasiva y protección fundamental.

Debe aceptarse el principio de suplantarlo cada varios años, por cuanto su vida útil y confiable caduca, quedando de lado si lo utilizamos o no frecuentemente.

Los materiales con los que está construido van perdiendo sus propiedades con el paso de los años. Los polímeros se debilitan, el acolchado se deforma, pueden aparecer imperceptibles rajaduras en las juntas y los mecanismos se estropean. Y a pesar de todo ello nuestro casco puede tener la apariencia de un casco nuevo.

Los fabricantes de cascos de moto generalmente suelen situar el periodo de vida útil de los cascos de policarbonato -como pueden ser de plásticos o cualquier otro material que no sea fibra- en una vida útil de 5 años aproximadamente.

En el caso de los cascos de fibra -como pueden ser los cascos de fibra de vidrio, policarbonato o de carbono entre otros materiales-, su vida útil no llega a duplicar a los anteriores, pero sí podemos decir que alcanza los 8 años. Como siempre, este periodo depende de diversas variables que pueden obligarnos a cambiar de casco antes de lo esperado.

Estos periodos de vida útil se cumplirán siempre que el casco no reciba un golpe. En el momento que el casco reciba un impacto disipará la energía producida de manera que a nuestra cabeza llegue la menor cantidad posible. Un segundo impacto puede que no nos proteja y toda la energía del golpe vaya directamente a nuestra cabeza.

Los componentes del casco están preparados para absorber la energía de un único impacto. Por tanto, después de una caída debe reponérselo. Del mismo modo, el casco puede verse afectado si cae al suelo desde una altura de 1,70 metros. Por esto, también deberá portarse y manipularse para evitar que se deteriore.

Con un uso periódico, es posible que el acolchado interior se desgaste, perdiendo su forma original, y al presionarlo no recupere su forma original. Esto indica que el caso ya no sirve.

Si los cierres no funcionan correctamente o se quedan trabados, eso también es sinónimo de que debemos cambiarlo.

Por último, hay que inspeccionar visualmente el casco, con regularidad, en busca de fisuras, grietas o golpes importantes en la calota (o carcaza) externa. Si existen, el casco no es seguro.

Como todo elemento de uso y servicio, alarga la vida con un buen mantenimiento. Uno de los errores más comunes que se cometen es dejar el casco al sol o atado a la moto en la calle. En estos casos pueden acumular una gran cantidad de suciedad. Del mismo modo, si se ha mojado o lo hemos lavado, debemos dejarlo secar a temperatura ambiente. Nunca debemos secarlo con fuentes directas de calor, como estufas, secadores o radiadores, ya que pueden hacer que se deterioren las propiedades del casco.

Hay que mantenerlo siempre alejado de pinturas, barnices, disolventes o combustibles. Estos productos afectan a su composición y pueden acelerar su deterioro, por lo que no se deben usar en su limpieza. Sin fanatismo en el cuidado, debería llevarse casco siempre protegido con la bolsa de tela –la provista al adquirirlo- cuando no se esté utilizando. Así, debemos guardarlo con esta misma funda, y en una caja alejado de la humedad y de las altas temperaturas, cuando no lo usemos.

Pero a que resulta muy cómodo, debemos evitar guardar las llaves o los guantes dentro del casco. Podrían estropear o incluso rajar el forro interior, además de ensuciarlo.

También, para cuidar el casco y conseguir alargar su vida debemos hacer una limpieza a fondo cada vez que sea necesario o al menos una vez al año. No hay que utilizar detergentes o productos abrasivos. En el mercado pueden adquirirse un spray protector específico para el casco tanto por dentro como por fuera.

En conclusión, el periodo de vida útil de un casco no es una ciencia exacta. Depende de diferentes variables, como el uso que le hayamos dado, su cuidado, su limpieza o su almacenamiento.

Por último, hay que descartar la idea de adquirir un casco de motocicleta usado ya que no podremos establecer si ha podido tener golpes o daños que no se aprecien a primera vista y pueda poner en peligro nuestra vida.

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