Por Carlos DÍAZ FILGUEIRA.
En general todos pasamos por esta situación, y recurrimos entonces a algún conocido preguntándole si conoce “algún vendedor de seguros”. Buscamos comodidad, rapidez, confiabilidad y el precio más bajo.
Como todo ser humano afirmamos, sí, afirmamos: “A MI NO ME VA A PASAR… y entonces formalizamos la contratación de un seguro llenando un trámite reglamentario. Por si me paran en la calle… Yo conduzco muy bien, que me puede pasar, y si pasa tengo seguro.
Quienes trabajamos en seguridad vial, en especial en la prevención sabemos –en contraposición del A MI NO ME VA A PASAR… – que siempre algo va a pasar, y ese hecho no siempre será afortunado. Y no hace falta demostrar científicamente esas posibilidades, si recordamos el archisabido “triángulo accidentológico” donde confluyen vehículo, camino e influencias climáticas y el más peligroso: el factor humano, que produciría más del noventa y tres por ciento de los siniestros. Podemos también, recordar que en el Universo –las calles de mi barrio están en el Universo- nada se produce espontáneamente, y necesita de factores que lo desencadenen. En Accidentología Vial los denominamos “factores de riesgo”.
Podemos, también citar datos estadísticos. Si hablamos de Argentina, estremecen. Y no son confiables, y muchas veces son manipulados por funcionarios inescrupulosos que piensan que las víctimas van en detrimento de su gestión. Las víctimas no eligieron serlo. Solo, quizás, pensaron A MI NO ME VA A PASAR… (+). Y no hace falta que esto sea un tema de discusión dado que en este bendito país sufrimos un promedio de veinticinco víctimas fatales diarias.
El seguro es un contrato. Por un lado, la compañía –avalada por las disposiciones legales y supervisada por el Estado a través de la Superintendencia de Seguros dela Nación, y por el otro, la parte asegurada.
Para la compañía su negocio es vender seguros, y que se produzcan la menor cantidad de siniestros posibles que deba abonar. Esto indica que se limitará a reconocer estrictamente aquellos hechos que encuadren en el tipo de contrato vigente, sin excepción alguna, ni comprensiones humanitarias ni concesiones amistosas. Y así lo hará saber al asegurado, cumpliendo las notificaciones en los términos también legalmente establecidos.
Los contratos de seguros se rigen en Argentina por la Ley Nº 17.418 –LEY DE SEGUROS- aprobada el 30 de agosto de agosto de 1967.
Dice, en su artículo 1º · “…Hay contrato de seguro cuando el asegurador se obliga, mediante una prima o cotización, a resarcir un daño o cumplir la prestación convenida si ocurre el evento previsto.”
Dentro del mercado asegurador pueden existir términos difíciles que confunden al cliente.
Es común encontrar términos y palabras que confunden a las personas. Si no se lee por completo una póliza, se desconoce qué tipo de cobertura se tiene frente a un siniestro vial.
En primer término, se detallan uno por uno los tipos de cobertura habituales -sujetas y relacionadas directamente al valor del auto- que las aseguradoras ofrecen y cómo se aplican en los automóviles 0KM prendados.
Responsabilidad Civil
Sólo cubre daños a terceros transportados, no transportados o a bienes de terceros. Si uno tiene un contratiempo, no está cubierto.
RC – Robo Incendio Total
Además de la Responsabilidad Civil, la cobertura sólo se da en caso de que haya un incendio que destruya por completo el auto -es decir que los arreglos de los daños superen el 80% del valor del vehículo- o que lo roben y el auto nunca más aparezca.
En el último caso, pasados los 30 días de desaparecido, la aseguradora debe expedirse.
RC – Robo Incendio Total – Destrucción Total
A los beneficios de las coberturas antes mencionadas, se le suma la destrucción total por siniestro vial. Como en los incendios, el arreglo de los daños supera el 80% del valor del vehículo.
Si el 0KM está prendado y tiene patente del mismo año del siniestro, la reposición es a nuevo. Si es un modelo prendado de años anteriores, la restitución es a valor de mercado y como máximo será la suma asegurada.
RC – Robo Incendio Total y Parcial
Con las coberturas anteriores, en este paquete se agrega el parcial que es más probable que suceda que el total. En ese sentido, es posible que un auto pueda ser robado totalmente, pero aparezca antes de los 30 días con faltantes, o bien que, en el incendio, el vehículo sólo sufra quemaduras de tipo parciales.
RC – Robo Incendio Total y Parcial – Destrucción Total (Terceros Completo, también llamada)
A la cobertura ya ofrecida se suma la destrucción total. Si bien es cierto que es menos probable destruir por completo un vehículo, está dentro de las posibilidades y esta opción así lo contempla.
Todo Riesgo con o sin franquicia
Este es el respaldo que todo conductor querría tener, porque agrega la destrucción parcial por siniestro y entonces hasta un rayón puede ser considerado.
Por lo general, los precios de estas pólizas son altos y las compañías usualmente aceptan este riego para vehículos hasta una cierta antigüedad, y obviamente no pueden tener daños preexistentes.
La Franquicia
Es el monto que el dueño del vehículo se compromete a pagar sí o sí, puede ser fijo o variable, mientras que la compañía se encargará del resto. Por ejemplo, en un choque, cuyo arreglo es de 50 mil, el conductor paga 10 mil pesos y lo restante corre por cuenta de la aseguradora.
Las probabilidades cambian según las provincias
Teniendo en cuenta la zona en la que se esté, varía el precio de la cobertura. Por ejemplo, en ciudades grandes, es probable que se produzcan más siniestros viales; entonces los riegos aumentan, como así también las tarifas de las coberturas.
Conceptos engañosos
La terminología “total” y “completo” aparecen en los títulos de las coberturas, pero no significan un respaldo absoluto. Por el contrario, refieren a otro concepto y por ello muchas veces resulta confuso, si no se explica en detalle.
Por esto, siempre es fundamental contar con la asesoría de un profesional idóneo en la materia, como lo es el Productor Asesor de Seguros.
Un Productor matriculado e instruido en el mercado asegurador, sabrá aconsejar y explicar el detalle de cada cobertura que se contrate.
El seguro del automotor hace las veces, salvando las diferencias, de nuestra cobertura médica. No la conocemos hasta que inevitablemente debemos usarla. Y entonces nos damos cuenta de su efectividad, o no. En ambos casos el daño puede ser irreparable.
NUNCA, ni dos metros debo circular sin seguro automotor. Lo que no pasa en toda una vida, sucede en un segundo. Y el hecho es irreversible. Puede llevarse en un segundo el trabajo de toda una vida, nuestro futuro y hasta nuestra libertad.
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