Un profesor que tuve en la Universidad decía: El único y más importante elemento en un automóvil son los neumáticos, porque es la pieza que permite el contacto con el piso. Una gran verdad que muestra una simple pero fundamental idea. Son los neumáticos lo que nos une a la superficie, esa unión debe ser lo más segura e irrompible, no pudiendo des-contactarse jamás, en ningún momento. Tampoco deberían salirse ni un centímetro de las órdenes que mis brazos le dan a través del volante.
En un accidente de tránsito participan una serie multi-factorial de causas, en donde generalmente la pérdida de contacto entre neumático y piso siempre se presenta, ya sea en menor o mayor medida.
El esquive de un auto para evitar atropellar a un peatón puede ser más o menos efectivo dependiendo de las cualidades técnicas de los neumáticos del rodado. La frenada de un auto antes de colisionar de atrás a otro puede ser más o menos dañina si es realizada sobre un asfalto mojado con el caucho casi sin dibujos.
El estado de los neumáticos es responsabilidad del dueño o guardián de la cosa riesgosa…O sea, del conductor del rodado, sea o no el propietario. Y es tal la importancia de su estado que puede ser causal de un siniestro. Su función es proporcionar agarre, tracción, adherencia y ser un elemento de la suspensión. Un automóvil sin buenos neumáticos, funciona a medias y a largo plazo puede afectar otras partes del mismo.
Son muy importantes sus dibujos porque los calados proporcionan que el vehículo agarre tracción en terrenos resbaladizos, por ejemplo cuando comienzan las primeras lluvias. La Ley exige que no tengan menos de 1,6 milímetros de profundidad en su calado (dibujo) para que no “patine” si el asfalto está mojado o si hay que frenar bruscamente; y para que no se produzca el famoso efecto de “aquaplaning” o hidroplaneo (perder la adherencia al suelo por la formación de una película de agua entre el caucho y la superficie). Mientras más recortado sea el dibujo, mayor capacidad de drenaje tendrá si se debe manejar en lluvia, ya que podrá almacenar y bombear agua con mayor rapidez.
Por otra parte, hay que verificar que el neumático no posea alteraciones en su forma (deformaciones, protuberancias), si hay un golpe, este puede afectar principalmente al balanceo del auto, lo que provoca el desgaste desproporcionado de los neumáticos. La presión correcta reduce el riesgo de perder el control del vehículo. Es ideal que se revise la presión de los neumáticos como mínimo dos veces al mes, ya que la baja presión afecta su vida útil y aumenta el gasto de combustible. Cada 10 mil kilómetros se
recomienda hacer una “rotación” de los neumáticos, y llevarlos a alinear y balancear, para que el desgaste sea parejo y garantice mayor seguridad al conducir.
Su reemplazo se recomienda entre los 50 mil y 70 mil kilómetros (depende del fabricante). Su vida útil oscila entre 4 a 5 años y al momento de recambiarlos, también se debe reemplazar las válvulas y sus componentes que suelen ser de goma y se deterioran.
Federico González
Licenciado en Accidentología y Prevención Vial
investigacionaccidentologica@isprevi.org